Las calles de nuestra ciudad se han convertido en un peligro constante para sus habitantes. En dÃas normales, las dificultades son bien conocidas, pero en dÃas como los últimos, la situación empeora aún más. El barro, resbaladizo y persistente, es solo una muestra de la desidia que ha imperado en nuestra gestión municipal durante más de una década.
En uno de los accesos las Dos Mil Hectáreas, hace unos dÃas se registró una colisión entre un auto y una moto. Este hecho puso en evidencia la falta de interés por la seguridad de los habitantes de esta ciudad. Por suerte, esta vez no hubo vÃctimas de gravedad, pero ¿hasta cuándo vamos a seguir tolerando esta situación?
No se puede dejar de denunciar estas fallas en la gestión de nuestra ciudad. La falta de interés y de acción de las autoridades está poniendo en riesgo la vida de los habitantes. ¿Acaso no merecemos una ciudad segura y bien cuidada? Es hora de exigir un cambio, de poner el foco en las necesidades de la gente.
Lo de las calles terradas es un viejo problemas en toda la provincia, hasta dirÃa yo que es un sÃmbolo más de nuestra tierra colorada, pero Iguazú debe de ser un ejemplo de seguridad al tráfico de las personas, no solo dónde mira el turista, en los barrios dónde viven los empleados que reciben a los turistas.
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